¿QUIEN ERES (2ª PARTE)

“ÉL FORMÓ EL CORAZÓN DE TODOS ELLOS...” (Salmo 33:15)

Pablo escribió con respecto a la familia de Dios: “Vosotros... sois... miembros cada uno en particular” (1 Corintios 12:27). Pero para poder determinar en dónde vas a encajar, necesitas conocerte mejor a ti mismo. Por ejemplo, ¿qué tipo de ambiente laboral saca lo más óptimo de ti? ¿Te gusta la rutina? ¿Te sientes motivado por las necesidades de los demás? ¿Te entusiasma abordar desafíos que desalientan a otros? La Biblia dice: “Él formó el corazón de todos ellos...” (Salmo 33:15), lo que significa que se supone que no eres una “fotocopia”. Y ¿qué me dices de tus relaciones? ¿Te gusta ser parte de un equipo, o funcionas mejor estando solo? Si solamente cobras vida cuando estás rodeado de gente, probablemente te sentirás miserable sentado delante de un ordenador todo el día. ¿Qué es lo que te apasiona? En la película Carros de fuego, Eric Liddell describió con estas palabras su fervor por correr: “El Señor me hizo para ser rápido, y cuando corro, siento su gozo”. Y ¿qué es lo que hace a uno sentirse así? Hay una historia sobre un hombre al que se le pidió que tocara el violín. “¡Yo no sé, nunca lo he intentado!”, contestó él. Si lo piensas, es una respuesta bastante sabia, porque hasta que no hayas probado realizar algo, ¿cómo sabes si lo harías bien? Por ejemplo, aunque una rana es una nadadora espléndida, es una voladora malísima. Algunos de nosotros que tenemos héroes que son “pájaros”, nos sentimos mal porque no podemos “volar”. ¡No se supone que deberías hacerlo! La Palabra de Dios dice: “...y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad...” (1 Pedro 5:5b). Deja de “agitar las alas” y permítete ser la persona que el Señor quiere que seas.
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday