CONOCE A CRISTO. ACERCATE AL ÚNICO QUE PUEDE SALVARTE Y SALVAR LA DISTANCIA QUE HAY ENTRE TÚ Y DIOS. JESUCRISTO ES EL ÚNICO CAMINO HACIA DIOS Y RECUERDA:

EL PERDÓN (1ª PARTE)

“PERDONAD..., PARA QUE TAMBIÉN VUESTRO PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS OS PERDONE A VOSOTROS VUESTRAS OFENSAS...” (Marcos 11:25b)

¿Cuánto pesa un vaso de agua? Esto depende de cuánto tiempo tienes que sujetarlo. Un minuto, no supone ningún problema, después de una hora, te dolerá el brazo. Pero después de veinticuatro horas, vas a estar bastante harto. En cada momento, el vaso pesa exactamente lo mismo, pero cuanto más tiempo lo sujetes, más pesado parece. Y lo mismo sucede con el rencor: puede llegar a ser tan pesado, que te impida vivir. La gente te va a herir porque ésa es la realidad de compartir el planeta con otras personas. Algunas veces, es intencional, otras, ni se dan cuenta de que te han herido, y mucho menos de haberte roto el corazón. ¿Significa esto que debes seguir adelante pretendiendo que no ha pasado nada? No, el primer paso es encarar tus sentimientos. Y si la herida es muy profunda, es aun más difícil perdonar. Entonces es cuando necesitas orar: “Señor, cambia mi corazón y sáname”. Jesús dijo: “...orad por los que os calumnian” (Lucas 6:28b). Cuando haces esto, ocurre algo inesperado. Tu corazón se ablanda y empiezas a ver a aquellas personas a través de los ojos de Dios en vez de con tus emociones más bruscas. Jesús afirmó: “...perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los Cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas...” (Marcos 11:25b). Si no perdonas, tampoco serás perdonado, ni siquiera por el Señor...
Isaac es un estupendo ejemplo sobre el perdonar. Durante una sequía, cavó pozos que sus enemigos le arrebataron, y en vez de tomar represalias, siguió adelante y cavó otros nuevos. Como resultado, Dios llenó sus pozos vacíos y prometió bendecirle, y a sus hijos también (lee Génesis 26:22-23). Él llenará el vacío de tu vida cuando perdones a aquéllos que te han herido.
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday

No hay comentarios:

 
ir arriba