
“VENID EN POS DE MÍ, Y OS HARÉ...” (Mateo 4:19)
Comprende lo siguiente:
Jesús no nos invita a seguirle porque creemos en Él sino porque Él cree en nosotros, diciéndonos: “Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19). Él sabe en lo que podemos convertirnos cuando su gracia toca nuestras vidas. Mateo, un judío, recaudaba impuestos para los romanos, los cuáles esclavizaban a su pueblo, por lo que él era una escoria a sus ojos. Sin embargo, Jesús le llamó y él acabó escribiendo el primer libro del Nuevo Testamento. Natanael era muy escéptico cuando se le invitó a conocer a Jesús, y por eso preguntó: “‘¿De Nazaret puede salir algo bueno?’. Respondió Felipe: ‘Ven y ve’” (Juan 1:46). Incluso después de tres años presenciando los milagros de Jesús y escuchando sus mensajes, todavía tenía sus dudas. Chequea cuántas veces Él dijo: “Hombres de poca fe... ¿por qué no creéis?... Si creyerais, veríais” (cfr. Mateo 6:30; 8:26; 14:31; 16:8; 17:20; Lucas 12:28). Sabiendo que estaban ansiosos por saber lo que pasaría cuando Él les dejara y volviera al Cielo, Jesús les dijo: “...Yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre...” (Juan 14:16).
La palabra griega para consolador es paracletos, que significa: el que se pone al lado para ayudar. Y créeme, no habrá un solo día en el que no necesites la ayuda de Dios.
De manera que, ven tal y como eres. Ven con tu pasado arrogante o pecaminoso. Ven con tu “aureola” o tus traumas. Ven, aunque te preguntes si Él puede hacer lo que te promete. Deja que su presencia y su poder te libren de todo eso. ¿Qué tienes que perder? Ya has probado hacerlo a tu manera y no ha funcionado, ahora, prueba la suya. Ven, pues; ¡no te vas a arrepentir!
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday
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