CONOCE A CRISTO. ACERCATE AL ÚNICO QUE PUEDE SALVARTE Y SALVAR LA DISTANCIA QUE HAY ENTRE TÚ Y DIOS. JESUCRISTO ES EL ÚNICO CAMINO HACIA DIOS Y RECUERDA:

ASÍ ES COMO ÉL TE AMA A TI TAMBIEN


“...PUEDO... ORAR A MI PADRE, Y... ÉL... ME DARÍA... LEGIONES DE ÁNGELES...” (Mateo 26:53)
La cruz es el símbolo universal del Cristianismo. Es casi imposible ir a cualquier lugar y no verla por todas partes en un campanario o en una lápida. Entonces, ¿cómo llegó un instrumento de tortura a representar el perdón y la esperanza para tantas personas? Después de todo, no llevamos en el cuello cadenas con guillotinas de oro, ni mostramos pelotones de ejecución en los muros de las iglesias. La respuesta se encuentra en la cruz misma. El larguero horizontal simboliza la longitud del amor de Dios que nos incluye a todos nosotros. El poste vertical simboliza la altura y la profundidad de su amor que se extiende desde el más alto hasta el más bajo de nosotros. Es por eso que Él puede ser justo y misericordioso sin reducir sus estándares y redimirnos sin castigarnos por nuestros pecados: “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Gracias al Señor, no dice que sólo amaba a los ricos, a los famosos, a los guapos, a los sobrios, pues en tal caso, todos estaríamos en apuros. No, si vives en el “...mundo...”, entonces tú también estás incluido.
Jesús no tenía la obligación de morir, Él mismo optó por ello. Dijo a los que fueron a prenderle: “... puedo... orar a mi Padre, y... Él... me daría... legiones de ángeles... ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras de que es necesario que así se haga?” (Mateo 26:53-54). Max Lucado escribió: “La fuerza tras el martillo no era una turba furiosa... la mano que agarraba el mango no era un soldado de infantería romano... tampoco el veredicto fue acordado por algunos judíos celosos. Jesús mismo optó por ser clavado... Si el soldado hubiera titubeado, Jesús mismo habría blandido la maza”. Ya ves, ¡de tal manera te ama!
Por Bob y Debbie Gass, con la colaboración de Ruth Gass Halliday

No hay comentarios:

 
ir arriba